sábado, 11 de abril de 2015

HISTORIA DE TERROR


LA FIESTA

Hacía algún tiempo había contraído nupcias y ya estaba en la dulce espera, cuando uno de mis tíos nos invitó, a mi esposo y a mí, a celebrar la fiesta de Halloween. Así fue que aquella noche nos apersonamos en la casa de mi tío. Un hombre maduro pero de muy buen ver, que nos recibió muy gentilmente, y que para esta ocasión había preparado una cena para una docena de personas.
La cena estuvo muy sabrosa y muy bien acompañada de buenos y diversos vinos, de los cuales dimos buena cuenta.
Luego de la cena, pasamos a la terraza, donde se había dispuesto todo para una velada bailable. A mí, que siempre me ha encantado bailar, me divertí de lo lindo bailando con cuanto caballero me lo solicitara. El tiempo pasó volando y yo ya un poco embriagada por la música y el ajetreo y en uno de esos cambios de pareja me encontré entre los brazos de mi tío, quien empezó a hablarme de los viejos tiempos, cuando toda la familia se reunía con cualquier pretexto de celebración.
Si pues tío. -Le conteste- Pero eran otros tiempos, ahora los que no han pasado a mejor vida se han ido a vivir lejos de aquí..
-Tienes razón sobrinita - Me contesto el tío. Añadiendo- Por eso yo he optado por tener otra familia. ¿Te gustaría conocerla?
Y mientras hablábamos y casi sin darnos cuenta habíamos empezado a alejarnos del bullicio y nos aventurábamos por una parte oscura y silenciosa de la casa, Pero yo embelesada como estaba con tanto recuerdo encantador de infancia y adolescencia, me dejaba llevar sin oponer resistencia. Cuando me di cuenta estábamos en una habitación grande e iluminada por pesados candelabros y llena de extraños personajes que me saludaban con reverencias. Yo, algo sorprendida miré a mi tío, pero este ya no estaba y en su lugar habían dos mujeres ataviadas con túnicas negras y con los rostros cubiertos por máscaras, que me tomaron de las manos y me llevaron a una pequeña habitación anexa. Yo cada vez más asombrada y asustada les preguntaba qué era todo esto - ¿Es acaso parte del espectáculo de Halloween? ‘Casi les gritaba. Pero ellas no respondían nada y empezaron a desvestirme y a sumergirme en una bañera llena de agua perfumada. Sentí que la piel se me erizaba y que el pánico empezaba a apoderarse de mí y ya casi no atinaba a pronunciar palabra. entonces una de las mujeres me acercó una copa y me hizo beber de ella. Un sabor agridulce inundó mi boca y se escurrió por mi garganta. Y al instante sentí que todo mi cuerpo se relajaba y el temor daba paso a una dulce sensación de bienestar. Cuando salí de aquel recinto, franqueada por las dos mujeres enmascaradas, el miedo ya se había esfumado de mí  y caminé como en sueños hacia el baldaquín que se levantaba majestuoso delante mío. Allí vi que mi tío se me acercaba, esta vez ataviado con una larga capa de terciopelo negro, me tomaba de las manos y todos los presentes gritaban a una sola voz: Bienvenida a la familia.
Y mi tío repitió a una sola voz… Sí mi sobrina, bienvenida a la familia,  tú y tu hijo. Y rozando su boca en mi oído susurró; desde que eras una niña supe que eras la elegida y enseguida me acercó un recipiente ambarino y empezó a untar mi frente y mi vientre con una especie de aceite, de un olor tan penetrante que me hizo perder totalmente la poca lucidez que me quedaba y caer en un pozo oscuro e infinito.
Ya no recuerdo más de aquellos días ni de aquellos sucesos, sólo vienen a mí imágenes confusas, donde me veo caminando sin rumbo por calles desiertas y oyendo la voz de mi esposo llamándome y luego es otra vez el vacio y caigo en el pozo oscuro del olvido…
Fue en medio de esa oscuridad que nació mi hijo sumiendome aún más en la desesperanza  y en el caos. Sentía una especie de opresión en todo mi ser y lloraba sin cesar pensando en mi desgracia y hasta varias veces intenté escapar de esta vida miserable y del terrible destino que nos aguardaba.
 Y fue entonces, que como un milagro, nos llegó la noticia de la desaparición del tío en un devastador incendio que destruyó su casa, muriendo todos los que se encontraban esa noche en ella…Parece que el tío celebraba una de sus acostumbradas y singulares reuniones...

Pero extrañamente fue desde ese día que sentí que me alejaba de aquella oscuridad en que me había sumergido durante los últimos meses y que una nueva vida se abría ante mí: y el mundo volvía a pintarse de hermosos colores para mí y mi hijo…      Ilustración: Alfred Kubin

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